Lograr la equidad exige que identifiquemos, nombremos y desarticulemos los sistemas de racismo institucional, injusticia económica y opresión. Reconocemos que la raza no es una cuestión de biología. Más bien, es una construcción social que describe a las personas de color como intelectual o moralmente inferiores y utiliza estas descripciones falsas para justificar la marginación, la opresión, la discriminación y el tratamiento de las personas de color como «Otros». Si bien reconocemos que múltiples elementos personales, como la raza y el género, pueden dar lugar a diversos tipos de discriminación compuesta que carecen de las protecciones de derechos civiles otorgadas a categorías individuales protegidas (interseccionalidad), invertiremos nuestro tiempo, talento y valores donde las necesidades sean mayores, en las intersecciones de todos los sistemas de opresión e injusticia. Estableceremos una teoría del cambio a favor de la equidad, el antirracismo y la justicia social para construir una cultura estatal de equidad y pertenencia que logre una diversidad, un bienestar y una innovación sostenibles.

Nuestras acciones y decisiones deben guiarse por los principios de equidad (RCW 43.06D):

  • Equidad no es igualdad. La equidad exige desarrollar, reforzar y apoyar políticas y procedimientos que distribuyan y den prioridad a los recursos destinados a las personas de grupos identificados que históricamente han sido y son marginados, incluidas las tribus;
  • La equidad requiere la eliminación de barreras sistémicas profundamente arraigadas en sistemas de desigualdad y opresión; y
  • la equidad logra la justicia en los procedimientos y los resultados, promoviendo la dignidad, el honor y el respeto de todas las personas.

Se requieren medidas audaces, revolucionarias y transformadoras para desarticular los sistemas que obstaculizan el acceso a las oportunidades equitativas, al poder y a los recursos que las personas y las comunidades necesitan para prosperar. Nos comprometemos a hacer uso de nuestro poder, privilegio e influencia colectiva para desarraigar y desmontar los sistemas históricos de opresión, a la vez que trabajamos para institucionalizar cambios políticos y de procedimiento que creen un clima y una cultura que permitan a todos prosperar y alcanzar su pleno potencial. Nos comprometemos a sentirnos a gusto con la incomodidad y a decir siempre la verdad para ganarnos la confianza de las personas a quienes sirve el gobierno estatal y de quienes les sirven. Mantendremos debates reales y audaces para evaluar las formas en que el gobierno estatal participa formal e informalmente en la creación de un clima de asimilación, anti-negritud y deshumanización. Nos opondremos a la deshumanización y la injusticia que afectan a los trabajadores y a las políticas públicas, reconociendo los daños del pasado y reparando los daños causados a los más afectados por los sistemas de opresión actuales.

Centrándonos en las opiniones y experiencias de personas que se enfrentan en el pasado y en la actualidad a la marginación, las desigualdades y la opresión.  Nos comprometemos a escuchar profundamente a las personas que mejor conocen el acceso, los recursos, las oportunidades y las soluciones que se necesitan para informar nuestro pensamiento y guiar nuestro trabajo. Aceptaremos el cambio de paradigma que se produce al desaprender los valores normativos dominantes y abordar el lenguaje codificado. También reconocemos que una estrategia universal de equidad no se ajusta ni tiene el mismo impacto en todas las personas, especialmente cuando se trata de respetar los derechos consagrados en los tratados y abordar la interseccionalidad. Por lo tanto, crearemos y publicaremos nuevos relatos, utilizaremos datos descolonizados y específicos de la población, y compartiremos las historias de personas con experiencias de vida para lograr un cambio real y duradero.

Seremos responsables de las consecuencias de nuestras acciones. Reconocemos que las leyes, normas, políticas, programas y prácticas existentes (incluidas las decisiones presupuestarias) pueden tener consecuencias adversas no deseadas entre los grupos de identidad social si no se tiene en cuenta la equidad de forma intencionada y sistemática. Nos comprometemos a aplicar una perspectiva de equidad dentro de un marco de universalismo selectivo para promover el acceso a oportunidades, poder y recursos equitativos que reduzcan las disparidades y mejoren los resultados en todo el gobierno estatal. Es igualmente importante que comprendamos que las acciones que tomemos y las decisiones que emprendemos y las decisiones que tomamos hoy repercutirán en las generaciones futuras. Nos comprometemos a cumplir el Principio de las siete generaciones tomando hoy decisiones que conduzcan tanto a la protección de nuestros hijos como a un mundo sostenible para siete generaciones y las venideras.